Por: Rafael Fernández Jiménez. 1°AC
Sonata
a Kreutzer es un
relato o novela corta escrita por Lev Tolstói en el siglo XIX, en la que narra
como Pózdnyshev, el protagonista, le cuenta a un pasajero de su mismo tren los
motivos que le impulsaron a matar a su mujer.
Si tuviese que escoger una palabra
para describir este relato, elegiría “demoledora”. Tolstói no se anda con
rodeos, es claro, conciso y directo; no le hace falta añadir adornos innecesarios
y cultismos exacerbados para llamar la atención del lector desde el primer
momento.
Tolstói, con esta obra, reflexiona,
y nos hace reflexionar (al menos a mí) sobre temas como el amor, los celos, el
matrimonio y el sentido de este último.
El protagonista, es un hombre que no
cree en el amor. En efecto, cree que tanto este como el matrimonio son una
especie de “autoengaño”. Yo no sé si Tolstói conoció a Schopenhauer, pero
Pózdnyshev parece una especie de “reencarnación” o “álter ego” del pesimista
alemán. Al menos en cuanto al tema del amor se refiere, teniendo ambos un
pensamiento muy parecido. Schopenhauer decía que el amor es una trampa que
puede acabar con el odio mutuo, hasta el punto de llegar a matar a tu pareja.
Podría decirse que, Pózdnysehv es un claro ejemplo de la teoría de
Schopenhauer.
La evolución psicológica del asesino
es curiosa cuando menos. Primero “cree” estar enamorado, considera a su
prometida como la perfección absoluta, y se propone ser fiel a ella. Pero
estaba terriblemente ciego. Su relación era plenamente “carnal”, no “espiritual”,
apenas hablaban. Y así les fue. Tras la luna de miel comienzan los problemas,
las discusiones… contratiempos que solucionaban “comportándose como cerdos”. Y
llegan los hijos, y con ellos, aún más problemas. Este “loco enamorado” empieza
a odiarla, y ella también a él; un sentimiento claramente recíproco. Y
entonces, llegó el detonante de tan
trágico final, llegó el supuesto amante, un músico semi-profesional de poca
monta. Los celos se intensifican aún más. Esto es lo que más me llama la
atención. ¿Tener celos por alguien a quien odias? Pues sí, porque, aunque la
odiase, era suya, era una mera posesión. Y pese a que la música, esa Sonata a Kreutzer de Beethoven le
hiciese sentir emociones nuevas y le transladase a un estado sentimental que “no
le correspondía”; al volver de su viaje y encontrar a su mujer con aquel
músico, no pudo evitar matarla. Y tras matarla ya se dio cuenta de lo que había
hecho, y de su gravedad.
No sé qué quería decir Tolstói con
esta obra. Si solamente quería criticar la “vida de depravados” de la sociedad rusa
de la época, pero creía posible la institución del matrimonio basándote no solo
en lo meramente carnal; o por lo contrario, pensaba como el ya citado
Schopenhauer, que el amor no es más que una mera trampa de nuestros instintos
para continuar la especioe. Sinceramente, creo que Tólstoi era más de esta
última opinión, ya que en un párrafo, Pozdnyshev propone como ideal la
abstinencia sexual generalizada y el poder ser felices nosotros mismos sin caer
en la trampa del amor, a pesar de la extinción de la especie, suceso sin importancia
ya que, según él, la Humanidad ya habría cumplido su objetivo final. El amor,
entonces, no sería más que un obstáculo para alcanzar este ideal propuesto por
el asesino.
No me voy a “mojar” (hablando
coloquialmente) sobre cuál es mi ideal, ya que soy muy joven cómo para poder
dar una opinión sobre tal cuestión, e intentar sacar una conclusión ahora mismo
sería un procedimiento nada empirista, pero si quisiera decir que Sonata a Kreutzer es una lectura intensa
que dejará buen sabor de boca.
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