viernes, 15 de mayo de 2015

¿Ginarquía o patriarquía?

Por: María Victoria Fernández Caballero. 1°AC

Pequeños cuentos misóginos es una obra de la escritora Patricia Highsmith publicada en 1974. La obra se compone de siete cuentos independientes de humor ácido en los que aparecen unos personajes femeninos que no salen muy bien parados.

Cada cuento resalta una característica de las personas pero siempre llevada al extremo. Así, por ejemplo, en uno de ellos aparece una mujer perfeccionista, pero le gusta tanto que todo esté perfecto que al final se vuelve loca. No quiere cocinar, por temor a que su comida no sea lo suficientemente buena y queda empotrada en un sillón haciendo calceta hasta quién sabe cuándo.

Otra de las mujeres, “la paridora” se siente bien teniendo hijos, pero llega al punto en el que tiene 19 hijos, y claro, es su marido el que se vuelve loco y al que ingresan en el psiquiátrico. Tampoco sale bien parado el marido de “la prostituta autorizada o la esposa”, que fallece por un infarto que le provoca su mujer a conciencia después de años de un matrimonio basado en las apariencias.

Sin embargo, Highsmith no condena solo a los hombres. En el primer cuento “la bailarina” es quien muere, asesinada por  su compañero de baile, celoso después de que ella lo dejara y se viera con muchos otros hombres. Al menos termina su vida antes que “la ñoña”, una mujer con ideales de otra época que quería que sus hijas fueran vírgenes al matrimonio al igual que ella y que se vuelve loca al no cumplir su objetivo.

En general, Highsmith presenta personajes que son víctimas de ellas mismas y de la sociedad hipócrita, convencional y machista que las rodea; son presa de su propio machismo, de su indolencia, de su ignorancia, de su conformismo y hacen infelices a sus parejas. Para que no sean demasiado duras las historias, también están llenas de cierta ironía y sarcasmo.

Para mí, el libro no solo cuestiona el mundo de la mujer por medio de este tipo de personajes, también el del hombre, y esto lo hace de dos formas. Por un lado, se plantea la cuestión de que no solo existen mujeres con estas características, ya que igual que hay mujeres extremadamente perfeccionistas también hay hombres que lo son.

Por el otro, en ninguna de las historias sale el hombre bien parado. Todos son manejados por las mujeres de alguna forma. Esto plantea entonces una pregunta, y es que siempre se ha dicho que el hombre es quien toma las decisiones en la familia… ¿sigue esto siendo así? Después de leer este libro, claramente no.

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